Rosa gris es una canción del grupo donostiarra Duncan Dhu que aparece dentro de su quinto álbum de estudio, lanzado en 1989 y que llevó por título Autobiografía, siendo la música y la letra de Diego Vasallo.
El tema fue compuesto originalmente para formar parte de la banda sonora de la película Orquídea salvaje, protagonizada por Mickey Rourke Y Jacqueline Bisset, aunque finalmente no fue seleccionada.
Este es uno de los primeros temas que no fue interpretado por el vocalista principal del grupo, Mikel Erentxun, sino por el otro miembro del dúo, Diego Vasallo.
Con el tiempo, la canción se ha convertido en una de las más conocidas del grupo, formando parte de su repertorio en sus conciertos.
Al año siguiente de ser publicado el álbum, el tema llegó al Nº 1 en Los 40 Principales y en 2005, La Cabra Mecánica hizo una versión de la canción para el álbum Cien gaviotas dónde irán... Un tributo a Duncan Dhu.
Escuchar Rosa Gris es como abrir una ventana al pasado, a esa juventud en la que las emociones se mezclaban con los acordes sencillos y un aire de melancolía flotaba con la brisa del Paseo Nuevo... es un retrato sonoro de aquellos momentos en que la vida se sentía como una película.
Imposible evitar pensar en aquellos días en los que la juventud era tan incierta como los cielos nublados de Donostia, y en cómo esos recuerdos permanecen imborrables, como una foto antigua que se ha desvanecido pero que nunca pierde su significado.
Imposible no sentir una punzada en el corazón cada vez que la escucho, porque me hace recordar cuando la escuchaba en casa, mientras oía a mi amatxo en la cocina, y volver a oírla, es como regresar a una época que, aunque pasada, sigue viva en la memoria de quienes crecimos con su música.
Rosa grisMirada dulce y labios de cristalY la piel que no toquéBlanca como su intención
Sin saberLas reglas de la calle del amorNo se puede flirtearCon la pasión de la ciudad
La vida y la ilusión se vanComo el viejo trenQue no volvióPor la calle del amor se vanDonde sin pensarSe venderán
Una vezEl día trajo la oportunidadDe volar aún más alláDe la calle del amor
Al notarLa seda de princesa acariciarA la chica de cristalA la fría rosa gris
Su piel se endureció y su vozYa no se quebróAl suspirarLa mirada aprendió a pedirLo que alguna vezNo se atrevió
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